Los Involucionados – II

“Hay una secta de hombres implacables que con su odio colectivo a todas las mujeres ilustres, antiguas y modernas, se han armado de la sátira, del desprecio y de la calumnia.”

Carolina Coronado

Querido Levián… Prometo que un día subiré las cartas que te hacía a puño, perdida en el ventanal de las clases de Literatura General. Ahogada en el hastío que me provocaba estudiar entre tanta mentira, formándome entre y por mentirosos, tan colonizadores e impositores como el represor de antaño. A ese que todos apuntan y tanto critican, pero no notan que están parados en el otro extremo igual de malo.

Pero, mi cielo, ahora solo me apetece sacar lo peor de mí, eso que soy cuando escribo. Soy lo mejor, lo peor y lo neutral. Escupir caca, hablar sin modales, ser esa cerda como Bukowski que me dijeron, sehhhh… Qué liberador. Es como largar el estreñimiento, Levián querido. Jamás imaginé que escribiría tu nombre al lado de algo que tenga que ver con la caca. Pero, todos cambiamos. En fin, todo este repertorio para decirte… ¡Qué putada esto del 1ero de Mayo! Todo el Uruguay oliendo a vaca asada. Todos celebrando… ¿Qué?

¡Cómo lamento no haber dejado este país cuando tenía veintiuno! Este país de muertos, dijera Cross…

En este país no hay jóvenes, hay cuerpos jóvenes que ocupan el 30% de la población con cabeza de yunke. Que la vida es todo con un matecito y una torta frita. ¿Parezco muy mala gente hablando así? Pues lo bueno de que yo pago mi web y me la jodo si quiero. Pero esa falta de visión, de buscar mejorar la vida de los que vienen nuevos, del medio ambiente. ¡Nah, todo se resuelve con un mate compañeros! Y vayamos todos juntos de la mano a ver a los gauchos jinetear y preservemos la cultura robada. Porque solo somos una colonia que celebra la cultura del Candombe, o sea, el escape de la gente que un día esclavizamos y que trajimos a rastras de sus tierras. Y el orgullo del gaucho que surgió de lo peor que podía haber en el tiempo de antes.

Se respeta todo, por eso pienso que se debe respetar que no soporto vivir en el pasado. Vivo en un sitio donde todo sigue igual. Y lo más probable es que cuando esté muriendo y que espero que sea bien lejos de aquí, seguirá de la misma manera.

Levián… Agradezco tener un hijo italiano. No por Italia que me vale un pepino, sino porque se podrá largar de aquí. Y no porque el mundo sea maravilloso en otro lugar, pero están dispuestos a vivir de modo más colectivo al menos en algún sitio de la Unión Europea. Y mira que ya tengo claro que Europa, como aquí, muestra su cara limpia, pero que tiene una muy sucia y un vestigio triste y culposo de las guerras. Esa cicatriz jamás de borrará bajo el concreto.

Quizá, mi pequeño pueda volver al origen de las tierras vascas de las que proviene la familia de su madre. Ojalá yo también pueda volver.

Me he ido por las ramas. Esto trata de los involucionados.

Te cuento que lo que une a los involucionados es, en primer lugar, la manipulación emocional. Porque solo así se logra entrar en tanta idiotez.

Ellos, pues ya dije que son hombres, se unen en segundo lugar por haber sido engañados. El líder, un tonto de las guampas más grandes, les convence de que todas son iguales. Que todas son unas zorras, mentirosas, que hay que ilusionarlas con actitudes paternalistas y, una vez que ellas crean que las aman, que les han exprimido hasta el último centavo, dignidad y más, deberán soltarlas con el fin, si es posible, que ante tanta humillación se suiciden.

Aunque delitos informáticos y los ingresos que he hecho sobre este perfil, ya que subestiman y se olvidan que, del otro lado, puede existir alguien que dé con ellos y no esté tan sola cómo ha dicho… Es más, quizá dieron con una especie de Hard Candy, que se comporta de modo inocente y enamoradiza de ese paternalismo, solo para acercarse y clavar el puñal, que es desmantelar a esta gente que solo daña mujeres.

La manera en la que se mueven es a través de la red sobre todo. ¿Por qué? Porque la mayoría de ellos, incongruentes y con poco carácter se han casado y hasta tenido hijos. Son infieles a través del sexo cibernético, novia online y toda esa tontería. Viven en la desdicha de no amar a la mujer que tienen, estar hasta el gorro de sus hijos y seguir prendados a aquel amor del pasado igual por treinta años; obsesionados en encontrarla en mujeres que se les parecen.

Y si serán tremendamente inteligentes, les alcanza con su mano y la infidelidad vía online porque de ese modo, nunca llegan tarde, van de casa al trabajo, son padres ejemplares y grandes maridos que, cuando deben ejercer ese rol, piensan en la otra y otras. Son el clásico hombre que no levanta sospechas. Y la mayoría se encierra con el móvil en el baño, tienen poco tiempo y solo usan a las mujeres.

¿Cómo es que sé todo esto, Levián? Son ocho años tras ellos. Ocho años donde he tenido que hacer muchas cosas. Desde destrozar todas las cuentas de uno que solo buscaba latinas y les mandaba a todas el mismo cuestionario, imágenes y más. Todas estas cosas eran estudios psicológicos para escarbar en la mente de mujeres latinas, en una media de vulnerabilidad y pobreza. Divorciadas o quebradas emocionalmente, en malas relaciones, maltratadas y más. El blanco perfecto para todo psicópata. Porque al final, esto son estas personas.

Repiten su patrón de comportamiento. Y al leer esto, también buscarán cambiarlo. No hay VPN que cubra las obsesiones. El líder se está quedando muy obsoleto.

¿Sabes qué fue lo que me quitó la compasión y tanta empatía para con cualquiera? Haber encontrado a esta gente. Descubrir que atacan con lo mismo que ellos son. Por ejemplo, todos tienen un miedo horrendo a ser expuestos, provocan paranoia, pero ellos la poseen. Por ello, una vez, uno me acusó con demasiada locura y casi en el llanto de que había rooteado su móvil. Me dan ganas de reír a carcajadas.

¿Sabes? Por eso es que digo que siempre hay un As bajo la manga, una persona que tenemos protegida, que está dispuesta a acabar con esta escoria de gente, igual que muchas mujeres.

Tristemente… Algunas mujeres se prestan a ayudar a algunos de estos hombres. Prefiero no meterme en este punto porque vomitaría odio.

Una vez, lo más descarado que viví fue que en mi exposición vengativa y artística, alguien me dijera que quitará ciertos cuentos que exponían cosas para que me dejarán en paz. Alguien anónimo. En ese tiempo, las secuelas que me habían dejado, me llevaron a hacerlo. Pero, Levián… estás son mis cartas a ti. Nadie va a interponerse con las cartas de una mujer enamorada a su amado. Pero además… ¿Se permite dos veces la censura?

Ahora entiendo porque nací en una familia hipócrita a la que desde niña enfrenté y les llevé la contra en cada incongruencia. Porque al final de cuentas, en esta vida me herviria la sangre por los mentirosos que, como en el caso de los involucionados, odiaron que les fueran infieles y se dedicaron a serlo toda la vida.

Confieso que, lo único que quería era comprar un lanzallamas. Pero me saldría caro, además de ir país por país, pues están por todas partes. Ellos se mostrarán muy transparentes. Te dirán su nombre, apellido, todo. Todo verificable. Sabrás quién lidera, porque de ese nunca sabrás nada y es el que tiene a todos ejerciendo la idiotez con la que nacieron.

El cuerpo conecta más con el inconsciente que la mente racional. Lo digo porque tras contar esto por primera vez, me he llenado de náuseas. Es todo lo que me provoca la gente tan chiquita y asquerosa.

En uno de esos cuentos que me censuraron para provocarme miedo, decía algo que hoy vuelvo a traer mucho más que antes a colación:

«La buena suerte no dura toda la vida…». Si es que en algún momento se le pudo considerar buena…